miércoles, 19 de julio de 2017

Tumeremo

Chacao-16julio-@boonbar
         Punto culminante de la penetración misionera en tiempos de la Colonia, emergió como alternativa expansionista de la Misión de la Divina Pastora, pero también como una necesidad geopolítica de la que siempre dudó el gobernador provincial, don Miguel Marmión.

         Los religiosos echaron las bases del pueblo de Nuestra Señora de Belén de Tumeremo, el 26 de enero de 1788, no obstante el veto de Miguel Marmión, a la sazón Gobernador de la Provincia de Guayana.
         Dos razones privaron para que los padres misioneros alargaran sus dominios hasta ese punto que se alza 177 metros sobre el nivel del mar, al sureste de Nuria que es la mayor altura de la Sierra Imataca: detener el avance de los holandeses posesionados de la región del Esequibo y solucionar el problema de saturación que presenta el Hato de la divina Pastora por la rápida multiplicación de la ganadería y consecuencial emprobecimiento de las dehesas.
         Sin embargo, Miguel Marmión, Gobernador de la Provincia de Guayana (1784-1790), contrarrestaba tales razones opinando que establecer misiones próximas al Esequibo, en vez de evitar, facilitaba el acceso para la conquista, el contrabando y la piratería que en ese tiempo favorecían los caribes, enemigos de los españoles.
         De todas maneras, los capuchinos catalanes, contra viento y marea, se arriesgaron y comenzaron, primero, por fundar un hato y luego por materializar la existencia de un poblado.
         Cuando el Reverendo padre Presidente de este pueblo, Fray Mariano de Perafita, informó oficialmente de la fundación de Tumeremo a fin de que se le proveyera de los ornamentos, vasos de consagrar, campanas y demás útiles para el funcionamiento cabal de la Iglesia erigida a la Virgen María como patrona bajo la advocación de Nuestra Señora de Belén, el gobernador Marmión expresó disgusto por no haber sido avisado previamente y también porque tenía noticias del misionero Justo de Barcelona, según las cuales se estaban expatriando los indios de otras misiones para la nueva fundación, lo cual resultaba inconveniente desde el punto de vista geo-político.
Resistido el Gobernador a reconocer la nueva fundación, comisionó a varios capuchinos, entre ellos, el mismo Justo de Barcelona, para que viajaran a España a denunciar la situación.
Eran tiempos del Rey Carlos III, fallecido en diciembre de ese año, por lo que el sucesor, su hijo Carlos IV, fue quien recibió la denuncia, la cual se procesó durante dos años, al cabo de los cuales fue referida a la consideración de la capitanía General de Venezuela.
El Capitán General Juan Guillelms (1786-1792), una vez estudiado el asunto, decidió la conveniencia de la fundación de Tumeremo, por lo que al gobernador Marmión no le quedó otra alternativa que aceptarla y comisionar sobre la marcha al Capitán Antonio López de La Fuente para que estudiara el lugar y erigiese un Fuerte protector de la misión, el cual, aunque se erigió en la desembocadura del Botanamo en el Cuyuní, lo bautizaron con el nombre de “Fuerte Corumo” (1790). El mismo estuvo comandado por el propio López Fuentes, al mando de 30 hombres.
El poblamiento organizado de Tumeremo los iniciaron los Reverendos Padres Capuchinos de la Provincia de Cataluña con 177 indios guayanos del propio Tumeremo e indios traídos de las misiones de Ángel Custodio de Aycana y Altagracia de Capapuy. Para 1799 esta población creció a 351 indios, de los cuales 108 eran niños. Los misioneros pusieron al frente de la fundación al Padre Fray Mariano Perafita.
El informe levantado en 1799 a solicitud del gobernador Felipe Inciarte, el misionero Fray Buenaventura de Sabadel, hace la siguiente descripción de Nuestra Señora de Belén de Tumeremo: “Este pueblo se empezó a fundar el año mil setecientos ochenta y ocho. Dista de la capital de la provincia cuarenta y nueve leguas y de la villa de Upata veinte y dos: tiene al oriente a distancia de cinco leguas el monte grande, en donde viven los indios silvestres. Al poniente tiene la misión de Tupuquen, a cinco leguas; al sur la misión de Cura, a seis leguas, y la del Ángel Custodio inclinada algo al Poniente, que dista cuatro leguas. Al Norte tiene unas serranías y montes a cuatro leguas, cuyos términos se ignoran por ser intransitables. Está fundado en una loma de sabana, piso duro; tiene una laguna al lado a la parte del Sur, y manantiales permanentes de donde se bebe; tiene sabana apta para criar ganado, y por este lado es la última sabana de esta provincia. Dicho pueblo se fundó para hato del común, porque las sabanas de la Divina Pastora están ya perdidas; tienen bastante montes para labranzas, cuyas tierras son negras, coloradas, arenuscas y frescas”
         Para el año de este informe, el fundador Fray Mariano continuaba al frente del pueblo de Tumeremo. El, nacido en Perafita (España) en 1754, había llegado a Guayana en 1784 y permaneció en Tumeremo desde 1788 en que inició la fundación hasta poco antes de la Toma de las Misiones por las fuerzas patriotas comandadas por el general Manuel Piar. Entonces fue sustituido por Fray Ildefonso de Mataro, quien vino en la décimo primera y última misión de España.
         Parafita fue transferido a la Misión de San Ramón de Caruachi y allá se hallaba cuando Piar asumió el control militar de las Misiones. Entonces fue reducido a prisión dentro del propio Convento, convertido en cárcel, vigilado por el Teniente neogranadino José de Dios Ucros (1817). El padre Perafita es el primero que reducen a prisión y el primero también que degüellan de un machetazo cuando por una virtual orden equivocada o mal interpretada ejecutan masivamente a veinte misioneros capuchinos.

Después de la Colonia

Tumeremo, que en el lenguaje de los indios guayanos, significa “culebra pintada” conservó después de la Colonia y hasta 1881 que se creó el Territorio Federal Yuruary con cabecera en Guasipati, su dependencia de Upata denominada Cantón y luego Departamento. En 1909 que fue disuelto por segunda vez el Territorio  Federal Yuruary y se creó el Distrito Roscio con capital en Guasipati, Tumeremo pasó a ser municipio foráneo de esta entidad distrital hasta 1981 que fue elevado a la categoría de distrito (Distrito Sifontes) con jurisdicción sobre los municipios El Dorado y Las Claritas, en el kilómetro 88.
Tomas  Yépez, un upatense radicado allí desde 1931 pasó a ser el primer Presidente Municipal que tuvo Tumeremo una vez elevado a la categoría de distrito y Abraham Anzola, el primer alcalde en 1990 cuando se restauró en Venezuela la colonial figura de la alcaldía en sustitución de la Presidencia Municipal.
El Distrito abarca una superficie de 24.392 kilómetros cuadrados y una población (Censo Nacional de 1990) de 24.668 habitantes. Hoy por hoy es un distrito fundamentalmente ganadero, minero y maderero. La minería aurífera le ha dado gran  impulso urbano y económico. En toda la jurisdicción distrital se producía para 1990, 500 kilogramos de oro mensual. Lo infortunado de la alta producción aurífera es que se va cantando la canción del que no vuelve. El estado apenas percibe un 3 por ciento de arancel y la Alcaldía no recibe directamente nada. La comunidad se beneficia por el circulante que implica la actividad de extracción, pero el grueso de la riqueza que es de la nación, se escapa. Sólo quedan las huellas de la depredación, los cráteres, la selva erosionada.

Ejidos y Plan Rector

         Los ejidos de Tumeremo datan desde su fundación y específicamente abarcan una superficie de 5.666 varas españolas y con la ayuda y asesoría de la CVG se realizó en 1988 un levantamiento topográfico de los mismos, que culminó luego con un Plan Rector de desarrollo urbano.
         El Plan Rector ha sido de gran utilidad pues se levantó en momentos en que el Municipio comenzaba a experimentar los efectos socioeconómicos de una actividad pecuaria, maderera y minera que se acentuaba. Cada día se ven nuevas y mejores construcciones en el casco y zonas de extensión urbana.

El Dorado

         El dorado, cabecera del municipio (hoy parroquial) foráneo Dalla-Costa, con unos cinco mil habitantes aproximadamente, se localiza en la confluencia de los ríos Cuyuní-Yuruán-Yuruari, en región selvática del Estado Bolívar. Ha vivido siempre de la explotación aurífera y de las Colonia Penal, a dos kilómetros del pueblo y separada por el Cuyuní y sus afluentes.
         La existencia de El Dorado la marca primigeniamente la Comisaría de Fronteras del Cuyuní y el nombre de El Dorado se lo asigna el general Domingo Sifontes, cabeza principal del movimiento armado que desalojó a los ingleses a finales del siglo diecinueve cuando pretendían avanzar los hitos fronterizos desde la región del Esequibo.
         La Colonia Penal, llamada en su comienzo Colonias Móviles de El Dorado data de 1944 cuando llegaron los primeros presos transferidos desde la Isla del Burro en el Lago de Valencia.
         En cuanto a El Dorado propiamente como municipio, data del año 1923 y en ese mismo año le fueron marcados sus ejidos por el agrimensor público Santos Semedey. A partir de allí la vida de El Dorado transcurre entre el trabajo de las minas y como punto de vigilancia de la frontera. (Ver crónica aparte sobre El Dorado)

Las Claritas

         Desde el 25 de junio de 1986, Las Claritas o, mejor dicho, San Isidro, capital Las Claritas, es municipio foráneo (hoy parroquia) bajo la autoridad jurisdiccional de Tumeremo (Sifontes).
         Es un pueblo eminentemente minero situado a la margen del río Las Claritas que nace en la sierra de Lema y desemboca en el Cuyuní. Está apenas a 40 kilómetros de la línea fronteriza con la Guyana. Es el pueblo limítrofe más importante después de Santa Elena de Uairén en la Gran Sabana y de aquí el interés del Gobierno de aprovechar la coyuntura de la fiebre del oro para consolidarlo como pueblo fronterizo con alternativa distinta a la explotación aurífera.
         Para 1989, Las Claritas, a 88 kilómetros de El Dorado, era la mejor plaza para la compra y venta de oro. Allí convergían de todo el país representantes de unos 2 mil entes con licencias. Funcionaba como una pequeña bolsa del oro donde se compraba en función de la oferta y la demanda a través de un sistema de comunicación privada Las Claritas-Ciudad Bolívar-Caracas-Nueva York, para estar al día en materia de precios.
         Tumeremo, junto con El Dorado y Las Claritas, se ha convertido en  base militar de fronteras, muy importante. Aparte de la Guardia Nacional que tiene directamente que ver con el control policial de la explotación minera y maderera, esta capital del municipio Sifontes cuenta con un fuerte (el Tarabay), asiento de dos Batallones y de una Batería de Morteros de 120 mm. Asimismo una Base Aérea con equipos modernos y una pista de aterrizaje de tres mil metros.




No hay comentarios:

Publicar un comentario