miércoles, 17 de mayo de 2017

Los Juegos Florales de Ciudad Bolívar


        
Ciudad Bolívar, siguiendo el ejemplo de Caracas y el Zulia, montó en 1920 los llamados Juegos Florales para los cuales sirvió de escenario el Teatro Bolívar y la voluntad de hombres incondicionales de la cultura como el médico y poeta J.M. Agosto Méndez. Hubo tres torneos: el primero, dedicado al Día de la Raza; el segundo, el centenario de Juan Bautista Dalla-Costa y el último al Día de la Paz.

         Los juegos florales fueron certámenes poéticos en los que se premiaban las mejores composiciones con una flor de oro, de plata o con una flor natural. Se iniciaron en Toulouse, Francia, en la tercera década del siglo XIV y luego pasaron a Cataluña, España.
         Cuenta la tradición que una dama de nombre Clemencia Isaura, instituyó la fiesta de los Juegos Florales con el objeto de rescatar la lengua de su patria sumida en la mayor decadencia. Se realizaban anualmente y los primeros tuvieron lugar en Toulouse o Tolosa, el 3 de mayo de 1324. El primer premio entonces fue otorgado al poeta Armando Vidas, por su canto a la Virgen.
         Los Juegos Florales de Venezuela son muy del siglo veinte. Empezaron en Caracas, promovidos por La Revista, que era un semanario de arte y literatura, dirigido por Luis Alejandro Aguilar y terminaron al mismo tiempo que la demolición del Teatro de Ciudad Bolívar.
         En 1915 cuando ocurrieron los de Caracas, el poeta zuliano Udón Pérez obtuvo la Flor Natural o premio para la mejor poesía. La Gardenia de Oro tocó a Juan Santaella y la Violeta Dorada fue para Alejandro Fuenmayor. En Historia destacó Eloy González y en Cuento, Rafael Bolívar Coronado.
         Los Juegos Florales caraqueños estimularon a los bolivarenses que tenían un escenario ideal para el evento. Tal el Teatro Bolívar inaugurado en 1883. Sólo necesitaban una fecha  trascendente y ninguna mejor que el Día de la Raza que para entonces se celebraba en los países de habla hispana sin las contradicciones y manifestaciones actuales.
         El mediodía del domingo 2 de agosto de 1920, se reunieron en la casa del Br. César Augusto Acosta un grupo de venezolanos y españoles para formar la novedosa Junta Organizadora de la Fiesta de la Raza, teniendo como acto central los Juegos Florales o torneos intelectuales de remota prosapia gala.
         La Junta quedó integrada por Gabriel Bertrán Dalla-Costa en calidad de presidente; Dr. Manuel Felipe Flores, Vicepresidente, y Secretario, Br. César Augusto Acosta.
         Como jurado de los Juegos Florales fueron designados, en el reglón Poesía (Rosa natural): J. M. Agosto Méndez, Hilario Machado y Santiago Sosa. Historia (Gardenia de oro): Dr. R. Villanueva Mata, Félix R. Páez y J. Mendoza Briceño. Cuento (Violeta de oro): Juan M. Sucre, Buenaventura Bertanan y Enrique Arenas.
         También se acordó abrir un concurso para ponerle música al Himno de la raza que ofreció escribir el poeta J. M. Agosto Méndez y para cuyo jurado fueron elegidos José Francisco Calloca, Carlos Afanador y Columbo Silva Bolívar.


                                      Himno De La Raza
                                               Coro

                   La enseña gualda y rojo y el iris mirandino
                       que en memorables campos la Historia consagró,
                       confunden sus colores y juntas el camino
                       recorren, que la Gloria de lauros tapizó.
                  
                                               I
                            Ya después antiguos rencores
                            y cantando poema inmortal
                            Venezuela y España sus flores
                            Ofrendas altivas al mismo ideal

                                               II
                            Nobles pueblos altivos, ufanos
                                   de su lustre y heroico esplendor
                                   rememoran cual buenos hermanos
                                   la sangre, el idioma, la fe y el valor.
        
                                               III
                            Vencedores no hay vencidos
                                    y al amparo de afecto cordial,
                                    esos pueblos celebran unidos
                            tan grata victoria con himno triunfal.



         El Día de la Raza comenzó a celebrarse el día 10 de octubre con Te Deum en la Catedral y discurso del Pbro. Martín Grisasola. Las autoridades se trasladaron a la Plaza Bolívar para las ofrendas florales y las palabras de rigor que allí le tocó pronunciar a Víctor Monedero a nombre de la Colonia española.
         Los Juegos Florales se escenificaron en el Teatro Bolívar el Día 12 de Octubre y transcurrió conforme al siguiente programa que iba presentando en cada caso el “Mantenedor”, Doctor J. M. Agosto Méndez, en reemplazo de Hilario Machado, quien debió viajar de urgencia a Caracas por la muerte de su hermano Alfredo Machado; 1. Sinfonía ejecutada por la Banda Gómez ya con el patio, palcos y balcones del Teatro llenos y destacando en primera fila el Presidente del Estado, Gral. Marcelino Torres García y el Secretario de Gobierno, Dr. R. Villanueva Mata; 2. Apertura del acto por el Presidente de la Junta, Gabriel Bertrán Dalla-Costa; 3. Entrada de la Reina, Carlota Plaza Natera, acompañada de su corte integrada por María Carranza, Panchita Contasti, Herminia Casado, Isabel Aristeguieta, María Teresa Aristeguieta y Ana María Contasti; 4. Lectura del poema homenaje a la Reina y a la Corte; 5. Lectura del Acta del Jurado: 6. Incineración de los sobres correspondiente a los trabajos no premiados; 7. Proclamación de los autores premiados, lectura de los trabajos y premiación; 8. Sinfonía ejecutada por la Banda Gómez; 9. Discurso del Mantenedor; 10. Himno de la Raza ejecutada por la Banda (letra de J. M. Agosto Méndez y música de Caros R. Killen).
         En este torneo de intelectuales, el premio de la Flor Natural, fue para F. Cova Fernández por su Canto Inmortal de diez versos, el primeros de los cuales dice: “Bajo el palio glorioso de las ínclitas velas/ la gran Alma Latina, sobre tres carabelas, / a las vírgenes playas de América arribó / Aclamando el prodigio de la madre Castilla / desató el Orinoco su argentea maravilla, / y sobre el Nuevo Mundo nueva raza nació.”
         El premio  la Gardenia de Oro lo obtuvo B. Tavera Acosta por su trabajo de historia: “Las estrellas de la Bandera nacional” y el premio de Violeta de Oro fue adjudicado al cuento” Música Criolla.”
         Hubo accesit para los poemas “La Insignia de la Cruz”, de María Cova Fernández; “Ve de cara a la gloria de la apoteosis”, de R. Del Valle Lavaux y “Canto de la vida”, de T. Marcano Villanueva. Asimismo para los trabajos de historia “Jardín Heroico”, de Darío Monserrat y “La agonía de la colonia”, de Leonte Olivo. También recibieron accesit los cuentos “El propio esfuerzo”, de Eduardo Oxford López y “El nido roto” de Leonte Olivo.
         Estos primeros Juegos Florales de Ciudad Bolívar coincidieron con los segundos del Estado Zulia, presididos por el poeta Udón Pérez y propiciados por el Centro Literario de ese Estado, con motivo del centenario de la adhesión de Maracaibo a la República.

Segundos Juegos Florales

         Los segundos Juegos Florales fueron programados para el 23 de febrero de 1923, con motivo del centenario del natalicio del prócer civil guayanés Juan Bautista Dalla-Costa. Presidió la Junta Organizadora el Dr. J. M. Agosto Méndez, acompañado en las vicepresidencias por Juan Manuel Sucre y Oscar Sananez López. Como Tesorero trabajó Natalio Valery Agostini.
         Para este segundo torneo concurrieron 116 trabajos repartidos en 30 Poemas Lírico-descriptivos; 50 sonetos; 35 Cuentos y 11 trabajos de Historia.
         Los galardonados en la ocasión fueron Rafael Yépez Trujillo (Maracaibo), quien obtuvo la Flor Natural por su poema lírico “Divino Mundo”; Leonte Olivo (Valencia) por su poema descriptivo “Araguajuma” mereció la Rosa de Oro; Luis Barrios Cruz (Calabozo), Violeta de Oro por su soneto a Guayana; B: Tavera Acosta (Carúpano), Nardo de Oro, por su trabajo de Historia “Las Provincias Orientales de Venezuela en la Primera República”. Otros intelectuales distinguidos fueron: Jesús Marcano (Margarita), Udón Pérez (Maracaibo), José Vallenilla (Ciudad Bolívar), Pedro José Muñoz (Guanare) y Ana Teresa Parra Sanojo (Teresa de la Parra), quien recibió el Premio Especial del Presidente del Estado Vicencio Pérez Soto, por su cuento “La Mamá X”, que posteriormente incluirá en su conocida novela Ifigenia.

Terceros Juegos Florales

         Los terceros y último Juegos Florales de Ciudad bolívar se realizaron el 21 de julio de 1928 con motivo del aniversario de la Batalla de Ciudad Bolívar, en 1903, que selló la victoria del gobierno de Cipriano Castro sobre la llamada Guerra Libertadora. La fecha de esa batalla ganadora por el General Juan Vicente Gómez fue declarada Día de la Paz por el Presidente del Estado Bolívar, Gral. Silverio González y se conmemoró con estos Juegos Florales que presidió el médico J. M. Agosto Méndez.
         Acompañaron entonces en la Junta organizadora al Dr. Agosto Méndez, el señor O. Sananez López en calidad de Vicepresidente y como Secretario el poeta J. R. Del Valle Lavaux. La Reina del evento fue Stella Gómez Machado.
         Ganaron el concurso el poeta Roberto Picón Lares con el poema “Amor Primero”; C. Medina Chirinos, con el cuento “El Sabio que no supo curar el dolor”; César Gómez con el trabajo de historia “Época de la Independiente” y F. Guevara Núñez, con la comedia “Voluntad”.
         Tal vez si el Teatro Bolívar se hubiera mantenido en pie, los Juegos Florales habrían continuado, pero el “Templo de Talía” fue demolido en parte el año siguiente con miras a una reconstrucción que asegurara su permanencia indefinida en el tiempo, según informe levantado por el inspector de Obras Públicas coronel Leoncio Ramírez y los miembros de la Junta Administradora del Teatro, Adán Blanco Ledesma, José Francisco Miranda y Antonio Valera Villalobos. La demolición se cumplió. Lo que no se dio jamás fue su reconstrucción.




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