La Sociedad Médica de Ciudad Bolívar, fundada en 1914
por iniciativa de su primer Presidente, doctor José Tadeo Ochoa, realizó dos
obras importantes: La Gaceta Médica y la Clínica de los Niños Pobres, también
llamada Hospital de Niños.
La Sociedad Médica es el antecedente de organización gremial del
Colegio de Médicos del Estado Bolívar. Su primera tarea, el mismo 1914, año de
su fundación, fue editar un órgano divulgativo del acontecer de la medicina en
la región. Tal la Gaceta Médica que
inició su circulación bajo la dirección del doctor J. M. Agosto Méndez y una
Junta de Redacción integrada por los doctores J. D. Montenegro, D. A. Blanco
Ledesma y Manuel F. Flores. La revista inicialmente mensual y luego trimestral,
circuló durante 30 años.
A este hecho importante se sumó al año siguiente la Clínica de los Niños Pobres, atendida
por los miembros de la Cooperación que entonces no pasaban de 17 afiliados. El
27 de Enero de 1915 se plantea esta iniciativa en la reunión ordinaria de la
Sociedad y se nombra fuera del seno del gremio una comisión con el objeto de
arbitrar los fondos requeridos para tan loable fin. La integran, el Pbro.
Adrián M. Gómez, Dr. José Gabriel Machado, Dr. B. Tavera Acosta, Luis
Roncayolo, A. Valera Villalobos, Jorge Suegart, Rafael Recao, Juan B.
Pietrantoni Mariño y Dr. W. Monserratte Hermoso.
La comisión trabaja con
diligencia efectiva. Recibe el apoyo del Presidente del Estado, Gral. David
Gimón y de la Junta Administradora de los Hospitales Ruiz y Mercedes que le
adjudica un local donde inician las actividades el seis de octubre los médicos
Pablo Carranza, J. M. García Parra, M. A. Rodríguez y Matías Carrasco. Durante
ese mes de octubre de 1915, los Médicos de la Sociedad atendieron 155 niños de
los cuales 77 enfermos de paludismo y 37 con afecciones de las vías digestivas.
Al mes siguiente la asistencia fue mayor y comenzó a suministrársele leche.
En su reunión del 2 de diciembre, la Junta Directiva de la Sociedad
Médica plantea la necesidad de proporcionar a la Clínica un local más adecuado
para su funcionamiento, dado que el facilitado por la Junta de Hospitales
resultaba ya insuficiente. Además de un local funcional, se plantea un stop
permanente de medicamentos y un personal fijo, pero para ello se requería
mínimo un presupuesto mensual de 800
bolívares.
Como el doctor José Domingo Montenegro, no dispone de tiempo para
atender su turno en la Clínica de los Niños Pobres, ofrece medicamentos y
consultas gratis en su Consultorio de la Clínica Ríos, a los Niños de las
familias pobres.
La sociedad Médica mediante el arbitramiento de fondos que llevaba
adelante la Comisión así como algunos préstamos, se propuso y logró edificar un
edificio apropiado para la Clínica en las inmediaciones de los hospitales. Los
trabajos de construcción del edificio resultaron lentos y no pudo inaugurarse
sino el 25 de diciembre de 1930, siendo el doctor J. J. Gabaldón, Presidente
del Estado.
Para 1936 todavía pesaba sobre el edificio una deuda de 4 mil bolívares
cuyos réditos la Sociedad de Médicos cancelaba puntualmente, pero el acreedor
exigió se le cancelara la deuda debido a una situación de emergencia. Intervino
favorablemente entonces el Presidente del Estado, Dr. José Benigno Rendón y a
nombre del Ejecutivo dispuso la cancelación de la hipoteca que pesaba sobre el
inmueble.
La actividad de la Clínica de
los Niños Pobres se fue extinguiendo gradualmente hasta el advenimiento
de la Pediatría y el establecimiento en el Hospital Ruiz y Páez de un
Departamento en los años cincuenta cuando fue reubicado en edificio propio en
las afueras de la ciudad.
Vacío el edificio, abandonado como muchos inmuebles de la ciudad, de
estructura antigua similar, fue cediendo a la acción erosiva de los elementos
ambientales hasta quedar una ruina,
virtualmente irrecuperable. Sí no lo demolieron para una construcción moderna o
cuando menos con el fin de convertir el espacio en un parqueadero de vehículos
como en un tiempo lo pretendió el Presidente Municipal A. J. Grimaldi, fue porque estaba de por
medio el gremio de Médicos y alerta, quienes veían en la antigua construcción
de piedra y barro una arquitectura digna de ser rescatada y conservada.
En definitiva lo salvó la Junta Protectora y Conservadora del
Patrimonio Histórico de la Nación cuando declaró a Ciudad Bolívar, Monumento
Público Nacional, y consecuencialmente, la Ordenanza del Centro Histórico
sancionada por el Consejo Municipal, Junio de 1987, en función del proceso de
revitalización del centro urbano establecido en convenio suscrito entre el
Gobierno Regional, la Municipalidad y el Instituto de Cooperación
Iberoamericana (ICI) del Gobierno de España.
Precisamente, fue el Gobierno de España quien aportó el dinero para
recuperar el antiguo edificio de la Clínica de los Niños Pobres y darle un
destino que inicialmente parecía el de un pre-escolar. Sin embargo, una vez
restaurado en 1989 y dotado por el Gobierno hispano, tomó cuerpo la idea de un
Centro Integral de Medicina Familiar, por iniciativa de la junta de vecinos del
Casco Histórico que presidía la antropóloga María Eugenia Villalón. Tomando en
cuenta que uno de los afiliados, la médica Michelle Caldmell de Violich hacía
un postgrado de especialización sobre Medicina Familiar.
Como la comunidad estaba urgida del
centro y el gobierno se manifestaba imposibilitado para asumirlo, decidió la
constitución de una Fundación e identificar el módulo con el nombre de Rafael
Montes Navas, un médico, luchador social, nativo del casco y quien falleció
joven, víctima del cáncer.
También se propuso sin éxito el nombre de Evaristo Rodríguez a
proposición del extinto pediatra entonces Presidente del Colegio, José Tomás
Ramos, o el nombre del Dr. Carlos Emiliano Salom, primer pediatra guayanés,
fundador del Colegio de Médicos, poseído de una impecable voluntad de servicio
y quien por muchos años estuvo hasta su muerte, al frente de la Clínica de
Niños Pobres, trabajando como se trabajaba en aquellos tiempos, ardorosamente,
con extraordinaria mística y de manera gratuita.
El Centro Integral de Medicina Familiar
Rafael Montes Navas, entró en servicio el mes de Abril de 1991 con aporte de la
Gobernación, Municipalidad, entes privados y de la propia comunidad, que
periódicamente nombra los directivos de la Fundación. La primera directiva
estuvo presidida durante dos años seguidos por la señora Marta de Aziz y tocó a
la doctora Michelle de Violich iniciar la atención médica, al comienzo sin
devengar sueldo por su cotidiana labor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario