miércoles, 21 de junio de 2017

El Merey

 Resultado de imagen

         Este árbol legítimo de Guayana y Brasil, llevado desde aquí a Las Antillas y otros países del tercer mundo, es un verdadero regalo de la naturaleza de cuyo fruto y usos industriales comenzaron a dar cuenta los cronistas del setecientos.

         Entre los cronistas de la colonia que primero dieron cuenta de este fruto al cual se le conocen tantos nombres como usos, sobresale el fraile Antonio Caulin, quien afirma que “extraído el zumo, fermenta como el mosto de la uva y tiene después el sabor y el color del vino”. Asimismo revela el valor de la semilla, a la cual luego de asada elogia como superior a la botella española.
         En Guayana el Merey siempre nació y creció de manera silvestre y todavía, a comienzos del siglo XX, escasamente aprovechado. Su uso era fundamentalmente medicinal. La infusión de las hojas y la decocción de la corteza, se prescribían en enemas contra la diarrea crónica. Para lo mismo era indicado con buenos resultados el jugo del fruto.
         A partir de diciembre de 1907 cuando el diario El Anunciador de Ciudad Bolívar publica una información sobre lo que se estaba haciendo en la antillana Santo Domingo con el fruto del Merey, es cuando los guayaneses se detienen a pensar sobre lo que ellos también podrían aprovechar de ese árbol que abundaba silvestre en la región.
         Una muestra del Merey Pasado que el periódico pondera tan agradable como el higo, la había traído una señora que no identifica y la cual informó de la industria de aquella isla, perfectamente aclimatable en Guayana.
         “Prepararlo es fácil y aquí en Guayana se dan de flor; de primer orden crecen silvestres, dulces y apetitosos. Pues hablamos del merey, queremos informar a nuestros lectores de que no sólo la parte carnosa de ese fruto es bueno para comer  sino que tiene propiedades medicinales inapreciables en el florido mayo. También el moñito sirve para muchas cosas. La almendra que encierra, tostada es sabrosa y sirve para hacer horchata y la nuez de a presión aceite cáustico que es un excelente remedio contra callos, cadillos y verrugas, aplicándolo con un pincel y teniendo cuidado de no pasarse, porque podría ocasionar gangrena. Véase, pues, cómo nada hay despreciable en el mundo; ni siquiera un moñito de merey”, termina diciendo la crónica.
         De manera que el Merey Pasado nos vino de la antillana isla de Santo Domingo y desde entonces comenzó su elaboración artesanal en Cd. Bolívar. Una fábrica del producto, con todas las de la ley, apareció en 1938, montada por R. Ruiz R.
         Y así como la fórmula del Merey Pasado nos vino de Santo Domingo, podríamos decir que el Mazapán nos vino de Trinidad o de las culinarias manos de una trinitaria llamada Nicolasa Railer de Sutherland. Por ese tiempo ella que en la vecina isla hacía confites con almendras importadas de Inglaterra, creyó que podía sustituirlas con las almendras del merey. Los resultados no se hicieron esperar y por varias generaciones los Sutherland han venido trabajando todas las variedades de dulces derivadas del Merey y su pequeña industria artesanal dio origen a otras que dominan un mercado que más para los guayaneses ha quedado para viajeros y turistas, pues la fama de los confites a base de merey se ha corrido mucho más allá del Orinoco y los precios están muy por encima de la capacidad del habitante común.
         Además del Merey Pasado que se prepara con papelón, clavo de olor y limón y  el Masapán, confeccionado con la almendra tostada-molida, leche y azúcar, la industria artesanal elabora el merey en almíbar, con azúcar, clavo y limón, más la simple Almendra tostada y con sal.
En el vecino Brasil, se prepara con el fruto un refresco popular llamado cuajada. En Bolivia la almendra se recomienda como estimulante del cerebro y la memoria. Varios países de las antillas lo utilizan en la preparación de vinagres y vinos comerciales. En Portugal y África oriental han logrado obtener brandy. En estas mismas regiones utilizan el merey como encurtido luego de tratarlo al vapor y ponerlo en salmuera.
Mineros brasileros que trabajan en las minas de Guayana suelen usar la corteza del merey para tratar el paludismo y como antídoto contra las mordeduras de serpiente. Asimismo el jugo del fruto para los desórdenes estomacales y afecciones de la garganta. El mismo vino, bebida espirituosa, dicen que es bueno contra la disentería, los dolores reumáticos y neurálgicos.
Cubanos que viven aquí sostienen que en su tierra los campesinos le atribuyen propiedades afrodisíacas a la almendra del merey, tostada y molida, con un poco de azúcar.

Estudios recientes

         La botánica Julia F. Mortón, de la Universidad de Miami, sostiene en un estudio hecho por ella, que el aceite de la cáscara de la nuez del merey es la fuente más económica de los fenoles y agrega que, en medicina tropical, el aceite de esa cáscara ha servido como rubefaciente y vesicante en tratamientos de lepra, elefantiasis, soriasis, culebrilla, verrugas, granulaciones y grietas en la planta de los pies.
         En el campo industrial, el aceite de la cáscara se emplea en la obtención de resinas y barnices no tóxicos, insecticidas, fungicidas, resinas y lacas modificadas, adherente para linóleo, resinas electroaislantes, gomas plastificantes, goma para embragues y frenos, recubrimientos para tanque de madera y cemento, resinas aislantes y antioxidantes para depósitos de gasolina y aceite.
         Estudios divulgados por Universidades de Brasil y Miami indican que el fruto pedúnculo, rico en vitaminas C, es aprovechado para preparar jugos, compotas, sopas y dulces. Asimismo, la almendra de la nuez es rica en proteínas, grasas, fósforo, y vitamina A.

Productores y consumidores


         El principal productor y exportador de la almendra del merey es la India, seguida de Mozambique, Tanzania, Kenya y Brasil. Lo exportan a los Estados Unidos de América, Australia, Canadá, Reino Unido, la Unión Soviética, Polonia y Alemania que son los principales consumidores. Los EEUU consumen más del 50 por ciento de la producción mundial. También este país como el Reino Unido y Japón, figura como el mayor consumidor del aceite extraído de la cáscara de la nuez, para usos industriales.
         Venezuela igualmente importa la almendra, toda vez que la producción nacional no es suficiente para satisfacer la demanda de las industrias de confiterías.
         En los años setenta los organismos de la Reforma Agraria se interesaron por poner en práctica en Soledad, Ciudad Bolívar y Las Majadas del Estado Bolívar, un Plan Mereyero, en el cual se invirtieron 14 millones de bolívares, pero sin los resultados deseados.
         El Plan Mereyero del que tanto se habló y para el cual mucho se prometió para quedar al final en nada, se mantuvo durante siete años y se financiaron a través de organizaciones campesinas y créditos ordinarios, unas cinco mil hectáreas.
         De esas cinco mil hectáreas, menos de dos mil estarían en plena producción. Las otras fueron atacadas por la maleza, las quemas sucesivas y las plagas, entre ellas, el Trips o piojillo que produce un raspado en la hoja y el gusano araña que causa daños en el follaje y la corteza terminando con la muerte de la planta.
         Ha sido, en todo caso, por iniciativa del sector privado, como en el caso de los fundos La Zorra y El Torete, que se han llevado adelante siembras organizadas de este árbol que tiene la ventaja de nacer, crecer y fructificar en suelo árido, sin necesidad de abono ni de tener que labrar la tierra.
         El Merey se desarrolla en las sabanas pobres y arenosas, resistiendo la sequía, las plagas, las enfermedades y el fuego de las sabanas de Monagas, Ciudad Bolívar, Anzoátegui y Guarico, pero sobremanera, en Ciudad Bolívar, donde según estudios del Comercio de Bienestar Rural, se encuentran las dos especies comunes en Venezuela: el rojo rico en jugo y el amarillo.
         Pero si bien el merey es una planta noble y resistente, no por ello, se halla exenta de algunas plagas. El Merey tiene 26 plagas que inciden en su desarrollo y producción. Y seguramente por desconocerlo, los organismos de la Reforma Agraria fracasaron e hicieron fracasar a los optimistas que se embarcaron en la empresa. No habría sido así, si hubieran aprendido la gran experiencia del vecino Brasil en la agroindustria del merey.

La Agroindustria del Brasil


         El Brasil, al costado mismo del Estado Bolívar, ha desarrollado toda una tecnología sobre la agroindustria del merey hasta el punto de que hoy cuenta con 130 plantas agroindustriales y una superficie de más de un millón de hectáreas sembradas de cajuro, como ellos denominan a este frutal.
         Entre otros productos, los brasileros logran obtener alcohol, pinturas, fenoles, aceites, vinos, jugos, pero fundamentalmente, almendras para la exportación y consumo nacional. La exportación de la almendra significa para ellos entradas de divisas superiores a los 6 millones de dólares y la agroindustria en total absorbe 80 mil obreros.
         Dispone Brasil de una empresa de pesquisa agropecuaria (EPACE), dependiente de la Universidad Federal de Ceara, que se dedica entre otros renglones al estudio del Merey.
         Mucha gente se pregunta por qué estando la experiencia tan cerca, no la aprovechamos así como los garimpeiros aprovechan nuestro oro. Aprovechamos desde 1907 o 1910 el Merey, bien es cierto, pero de manera doméstica y sin asistencia técnica ni crediticia. La industria casera de los Sutherland, Guaipo, Farreras y muchos otros que han surgido últimamente, ha sido por cuenta propia, sin la ayuda del estado pero siempre con la necesidad de que esa industria casera del merey se perfecciones y multiplique en forma más técnica e integral y sobre cultivos planificados, sostenidos y con asistencia técnica y crediticia permanente y, por supuesto, supervisados, para que no vaya a pasar lo que ocurrió en Guayana con la extinta CVF que perdió cien millones de bolívares otorgados a pequeños y medianos industriales que nunca aparecieron.


No hay comentarios:

Publicar un comentario