Mandada
a construir en 1851 por el naviero alemán Adolfo Enrique Wappaus, el inmueble
se sumó al conjunto arquitectónico que en Ciudad Bolívar inauguró un nuevo
estilo en el urbanismo del siglo diecinueve.
¿Casa
de los Wantzelius? Así le dicen no sabemos desde cuando. Tal vez desde 1914
cuando la compró el comerciante George Wantzelius, pues antes, mucho antes, en
1851 la casa había sido construida por Adolph Henrich Wappaus, hijo del armador
George H. Wappaus, segundo naviero de importancia en Hamburgo, metrópoli del
comercio alemán desde la creación en el siglo XIII de la liga Hanseática.
El primer Cónsul de las ciudades
Hanseáticas en Angostura fue Wuppermann, designado en febrero de 1838. Era
socio de Theodor Munch en un comercio de importación y exportación y estuvo
como tal hasta 1857 cuando se ausentó de la ciudad. A partir de entonces se
sucedieron en el Consulado, Henrich Krokn, L. F. Blohm y Adolph Henrich
Wappaus. Adolph llegó a Venezuela desde Hamburgo para trabajar de socio en la
casa mercantil de Georg Blohm en Ciudad Bolívar.
Georg Blohm fue uno de los comerciantes
más prósperos que tuvo Angostura. Nació en Luberck (1801-1878), comenzó a
aventurar por América hasta 1825 que se instaló en la isla de San Thomas, donde
trabajó como empleado de firma C. F. Overmann. Luego de acumular experiencias
mercantiles en los negocios de ultramar, se radicó en Angostura que entonces era
comercialmente muy movida. Se asoció con Juan Bautista Dalla-Costa y a través de esta sociedad cultivó
importantes relaciones tanto dentro como fuera del país.
En 1834, Georg Blohm se separó de
Dalla-Costa y adquirió el compromiso de no instalar negocio competidor o de
otro tipo en Angostura dentro de los próximos diez años. De manera que en 1844,
cumplió el tiempo del acuerdo y estando instalado en la Guaira y Puerto
Cabello, volvió a incursionar en la capital guayanesa, pero asociado a la casa
Wuppermann & Cía.
Una vez consolidado su proyecto
mercantil, Georg Blohm retornó a su natal Luberck, desde donde dirigía sus
negocios en Venezuela y escogía a sus empleados. Muchos de los europeos que
trabajaron en la casa Blohm de Ciudad Bolívar, fueron contratados por Georg,
entre ellos, el prusiano Adolph Henrich Wappaus.
Muchas ciudades comerciales de Alemania
como Hamburgo, Hannover y Prusia, tuvieron representación consular en Angostura
desde 1838, dado que la Capital del Orinoco era importante para su comercio,
pues había una dinámica de relación mercantil con Europa y un fluido
intercambio de géneros y productos de la selva, no obstante que de un lugar a
otro se tardaban con veleros 18 y 20 días, dependiendo de la brisa. El regreso
era más penoso. Lo hacían en 30 y 35 días.
La llamada Casa de los Wantzelius la
construyó Adolfo Wappaus para reubicar el Consulado y vivir en ella con su
esposa Evelina Trudenzia del Campo, quien le dio siete hijos, los dos primeros
nacidos en Ciudad Bolívar en 1853 y 1855, respectivamente.
Rolf Walter, profesor de la Cátedra de
historia Económica y Social de la Universidad Erlangen – Nuremberg, en su libro
“Los Alemanes en Venezuela”, dice que
la familia Wappaus regresó a Hamburgo en 1857 y Adolfo se convierte allá en dueño
de la empresa naviera y de la firma comercial A. K. Wappaus.
Tavera Acosta, en sus “Anales de
Guayana”, cita a Wappaus como individualmente el mayor contribuyente con 500
pesos para la erección de la estatua del Libertador en la Plaza mayor de Ciudad
Bolívar. Así mismo aparece como uno de los que abogaron y concretaron la
construcción del cementerio particular para los cristianos no católicos, a los
que la Iglesia impedía fueran cuando muertos inhumados en el Cementerio
Municipal.
Wappaus murió en Hamburgo el 16 de
noviembre, a la edad de 91 años. Había nacido el 14 de octubre de 1814. La
noticia del deceso la publicó el diario El
Anunciador, 23 días después.
Arquitectura del inmueble
Luego que Wappaus decidió reinstalarse
en sus naturales predios de Hamburgo, vendió lo que seguramente era el más
vistoso y elegante inmueble angostureño de la mitad del siglo diecinueve. Una
casa que sobresalía y se distinguía aun más porque en su entorno las viviendas
eran humildes. Estaba ubicada en la calle nueva o de las Orozco, hoy libertad.
El inmueble distinguido con el número
3, tenía dos entradas: una por la calle Libertad y otra por la Concordia que
prácticamente era una puerta cochera o de la servidumbre que comunica con el
sótano y un jardín que cultivaba la
señora.
El patio de la casa de tres plantas,
comunicaba con la Laguna de la calle del Paseo El Porvenir y desde la parte
alta por donde entraba a bocanadas la brisa del Orinoco, se dominaba el paisaje
urbano y natural del río.
Desde lo alto y a través de celosías,
Wappaus podía observar el movimiento portuario de veleros y barcos de vapor
zarpando con productos de la tierra o descargando toda clase de géneros
importados de ultramar.
Los barcos, profusamente en tiempo de
aguas altas, remontaban el Orinoco hasta Cabruta. Luego se subía por el Apure
hasta San Vicente y finalmente se llegaba a otros lugares occidentales a través
del río Santo Domingo. San Fernando de Apure, servía de escala de este tráfico
fluvial.
Los nuevos dueños
Un hijo del primer Mathinson llegado a
Venezuela pasó a ser el nuevo dueño de la hermosa residencia de la familia
Wappaus. Tal era el comerciante James Buckely
Mathinson.
James era hijo de Kenneth Mathinson
Makensie nacido, según el diplomático Carlos Rodríguez Jiménez, en Porth
(Escocia) el 20 de abril de 1720. Kenneth, a quien apodaban “El Escocés”, ingresó a la armada
británica en 1886. Vino a Venezuela en la primera expedición del Generalísimo
Francisco de Miranda, y una vez fracasada ésta, se quedó en la Isla de Trinidad
donde hizo vida militar hasta 1840 que se radicó en Angostura en calidad de
Vicecónsul, cargo que desempeñó hasta 1886, año de su fallecimiento.
En Angostura, Kenneth Mathison se casó dos veces y de su primer
matrimonio con Isabel Berris nacieron diez hijos, de los cuales James Buckely
sobresalió en Angostura. Fue James quien compró a Wappaus el inmueble y allí
nacieron sus hijos Alberto, Eduardo, Juan Bautista, Isabel, María Luisa y
Jimmy, quien murió ahogado con su madre en el Orinoco.
James Mathison compró la casa a Wappaus en 1855 y vivió en ella con su
familia durante 23 años, vale decir, hasta 1878 cuando la familia comenzó a
dispersarse entre San Félix y Upata. Ese año la adquirió el francés
Eugenie Buchard, quien la vendió en 1910
al señor Paschen.
Georg Wantzelius
Georg Wantzelius, de origen checo, de
los que emigraron al norte de Alemania, llegó muy joven, 1898, a Ciudad
Bolívar.
Su padre era Cónsul de Hamburgo en San
Thomas, pero Georg Wantzelius nació en Alemania y allá creció y estudió hasta
los diez años que su padrino H. Blohm lo entusiasmó para que se viniera a
Ciudad Bolívar.
Georg había sido campeón juvenil de
tenis en Alemania y en Ciudad Bolívar no dejó de practicarlo. Aquí entusiasmó a
paisanos suyos y Ciudad Bolívar tuvo su cancha de tenis y unos cuantos
raqueteros hijos de la gente adinerada de la capital.
Para 1914 cuando compra a Paschen la
casa que hoy identifican con su nombre, G. Wantzelius tendría unos 36 años de
edad. Era la época del Dictador Juan Vicente Gómez y gobernaba en el Estado
Bolívar el General Marcelino Torres García, uno de los gobernadores que más
hicieron obras de mejoramiento urbano para la ciudad. Para entonces la calle
Libertad fue mejorada y se acrecentó el valor del inmueble.
Georg Wantzelius vivió allí con su familia hasta 1937 que la
casa fue vendida para residencia del Presidente del Estado que entonces era el
doctor José Benigno Rendón, pero éste nunca vivió allí porque al año siguiente
cuando pensaba mudarse, fue sustituido por el doctor Ovidio Pérez Agreda, quien
decidió destinar el inmueble para sede de la prefectura. Allí también
funcionaron el Consejo Municipal, la Banda Dalla Costa y finalmente la
Asociación Venezolana de Periodistas hasta 1965 cuando la casa acusaba un
peligroso deterioro.
Finalizando los años sesenta, la casa
de los Wantzelius parecía tocar fin. Su progresivo deterioro, de acuerdo con el
entonces presidente municipal, constituía un peligro público y ordenó la
demolición. Alertada, la directiva Avepista realizó una campaña de prensa y
radio que evitó la demolición, pero posteriormente, manos ocultas, buscando se
desplomara espontáneamente, le sustrajeron vigas, puertas y rejas, pero aun así
los centenarios muros amalgamados de piedra y barro, resistieron y un buen día
la arquitecto Elisa Guédez hizo el resto: interesó al Ministerio de Desarrollo
Urbano para que salvara y restaurara el edificio y en 1985 comenzó el proceso
de salvación y restauración.
Casa de cinco niveles
El terreno con 1048 metros cuadrados,
presenta cinco niveles y 770 metros de construcción arquitectónicamente muy
bien aprovechados. La distribución es perfecta. Tiene un gran sótano, planta
baja y alta. Según el arquitecto Antonio Violich, quien trabajó como
proyectista para la firma Alzor, C. A. la fachada es de estilo neoclásico. La
planta alta conforma un rectángulo con cuatro ventanas de doble puerta y
abanicos de luz, flanqueadas por pilastras decorativas y relieves con capiteles
dóricos, más dos ventanas, puertas del mismo estilo que dan a los balcones.
Para el proyecto arquitectónico de la
obra de recuperación y restauración, el arquitecto Violich debió investigar y
hacer seguimiento de la tradición del inmueble, asesorado en ciertos aspectos
por el licenciado en Historia del Arte, Alfredo Hurtado. Debió entrevistarse
con descendientes de Georg Wantzelius, quienes vivían en Caracas y seguido la
línea mercantil de su antiguo antecesor. De tal modo que el nombre Wantzelius
vive y pervive no sólo por herencia ancestral sino a través de una antigua y noble
casa angostureña que calza esas letras de origen checo aun cuando el creador de
la misma haya sido Adolph Henrich Wappaus.
Wantzelius checo????
ResponderEliminarEn la época en que Georg Wantzelius se instaló en Hamburgo, el constructo llamado checoeslovaquia ni existía ni era checo. Era el territorio MILENARIO germano de Bohemia / Moravia, que fué desmembrado del Imperio Aleman por el nefasto dictado de versailles y entregado por la entente a una minoría terrorista eslava que se habia infiltrado como "refugiados" del Imperio Ruso. El apellido Wantzelius es un apellido muy aleman y muy generalizado en toda Alemania
Excelente , sencillamente excelente. Dios te bendiga Américo por tu aporte a la historia de Angostura.
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