domingo, 21 de mayo de 2017

Casa Ramón Isidro Montes


Sede de la Biblioteca Rómulo Gallegos creada el 22 de mayo de 1965 bajo el signo fluvial de la ciudad bicentenaria. Restaurada durante la gestión del Gobernador Pedro Battistini Castro,  sirvió  de Escuela - Hogar a generaciones del siglo diecinueve, bajo la sabiduría pedagógica del Licenciado Ramón Isidro Montes.

   Jamás una casa tuvo tanta suerte: la de albergar bajo su alero a generaciones de estudiantes, intelectuales y políticos que le dieron lustre a la que ha sido siempre capital de la Guayana.
         El inmueble no ha cesado de ser fiel a su destino y hoy, desde 1965, cumple funciones como Biblioteca Pública identificada con el nombre de Rómulo Gallegos, autor de “Canaima”, la primera novela venezolana ambientada en la selva de Guayana. 
         El Estado Bolívar siempre tuvo bibliotecas, pero nunca tan orgánicamente expandidas y organizadas como ahora.  El crecimiento de ciudad ha sido parejo con sus bibliotecas.  Existen veintiséis en todo el Estado, sin incluir el sistema móvil de bibliotecas rurales.  El libro que ofrece el Estado Venezolano y la iniciativa privada trata de no quedarse en los centros urbanos sino que pugna por llegar a  los más apartados rincones donde el aislamiento y la pobreza hacen difícil el recurso para el conocimiento.
         Por supuesto, no basta con que el libro llegue.  Hay que saber aprovechar el libro y ello más que función de la Biblioteca, es función del maestro o de la persona que enseña.  Si no sabemos leer un libro, éste  no significará más que rayas sobra la página.  Se necesita saber leer e interpretar aquello que está escrito para que esa literatura escrita sea o signifique algo para el lector.  Hoy se habla mucho de un tipo de analfabetismo que no es el consabido de no saber leer y escribir sino el llamado “analfabetismo funcional” que nos impide llegar al fondo del mensaje.  De manera que el complemento de la Biblioteca es el maestro o la persona que enseña, a objeto de que el usuario aproveche al máximo este servicio gratuito que nunca podrán sustituir las librerías comerciales.
         Creo que fue Marshall McLuhan quien dijo que la televisión terminaría por acabar con el hábito de la lectura; sin embargo hoy la gente lee más que ayer y ello tendría su explicación en lo que en una conferencia señalaba Salvador Garmendia y es que entre el lector y el libro hay una comunicación muy íntima y muy personal.  Esa comunicación tan personal que se establece entre el libro y el lector, ningún otro medio de comunicación  puede igualarlo.
         La Biblioteca Rómulo Gallegos cuando fue inaugurada, tenía apenas 3 mil libros y un promedio de 100 lectores por día, hoy tiene 18 mil volúmenes y un promedio de 700 lectores por día hábil.  La población ha crecido y también una demanda pareja con el crecimiento de las bibliotecas.  Y la “Rómulo Gallegos” que muchos bolivarenses prefirieron en su oportunidad se hubiese llamado “Ramón Isidro Montes”, es la Biblioteca Pública pionera y modelo por excelencia.
         Está Biblioteca es obra del Gobierno Regional del doctor Pedro Battistini Castro y  del Director de Educación y Culturra, profesor Lucas Rafael Alvarez.
         La inauguró el Ministro de Educación Dr. J. M. Siso Martínez y el doctor José Sánchez Negrón invitado a pronunciar un discurso en el que destacó el valor y utilidad permanentes de la misma como el hecho de llamarse “Rómulo Gallegos “, insigne hombre de la narrativa venezolana que dedicó a la selva guayanesa su mejor novela.
         La Biblioteca se inauguró en la ocasión de cerrarse el año bicentenario de Ciudad Bolívar, con un fondo bibliográfico de 3 mil volúmenes, incluidos textos escolares para la enseñanza media y superior:  filosofía, religión, ciencias sociales, idiomas  ciencias puras, ciencias aplicadas, bellas artes, literatura, historia y geografía.  Estanteras con capacidad para 15 mil volúmenes, salón de lectura modernamente equipado y técnicamente acondicionado con mesas para 4, 6 y 8 lectores, sala audiovisual y posteriormente se le agregó una sala de lectura infantil.  Hoy tiene cinco salas de lectura y un Departamento Audiovisual.
         Papel meritorio en la fundación y organización de esta Biblioteca Pública del Estado jugó el profesor Víctor M. Ramírez, bibliotecólogo que renunció a la Universidad de Oriente para dedicarse por entero a ella.  La coordinó, proyectó y dirigió hasta 1968 que el cambio de gobierno la ofreció a otro director:  el profesor Pedro Avendaño, quien lamentablemente no pudo sostener la revista “Perfil”, órgano de divulgación de la Biblioteca, fundado por el propio Víctor M. Ramírez y la que sostuvo a través de anuncios de entidades privadas.  Además de Ramírez y Avendaño han pasado por la dirección de la “Rómulo Gallegos” durante estos tres decenios: Dolores Arcila, Armando Gil Linares, Lourdes Salazar Bossio, Mercedes Pulgar de Villarroel, Eunice Pino de Viaje y Flor Salazar. Yolanda Lavadí, quien venía dirigiendo desde 1975 la Red de Bibliotecas Públicas adscritas al Instituto Autónomo Biblioteca Nacional  y de Servicios, resolvió en 1990 encargarse también de la “Rómulo Gallegos”.
         Mención especial, como directora de la Biblioteca durante 15 años, merece  Lourdes Salazar Bossio, quien fundó la Sociedad de Amigos de la Biblioteca  y le imprimió dinamismo tal que llevó a un intelectual a decir que era el “Centro de las Artes de Ciudad Bolívar”, pues difícilmente transcurría semana que  no registrase actividad artístico cultural, bien en teatro como en concierto, conferencias, recitales, seminarios.   Lourdes presentó entonces a Miguel Otero Silva, José Ramón Medina, Jesús Soto.  Isaac Chocrón estrenó allí con Gustavo Rodríguez  La Máxima Felicidad. 
         La Casa donde funciona la Biblioteca “Rómulo Gallegos”, se halla en el Centro Histórico y la hizo construir el doctor  Ramón Isidro Montes en los años de 1850, en la calle Libertad, cuando ésta comenzaba a ser empedrada con un canal en el centro.  Tiene dos niveles dados por la topografía accidentada del terreno, cuatro grandes ventanas frontales estilo andaluz, molduras lineales en la cornisa del frontispicio.  Fue restaurada y entregada por el Ministerio de Desarrollo Urbano en 1989.
         Ramón Isidro Montes, quien entonces era Rector del Colegio Federal de Guayana, la hizo construir con dos propósitos: que le sirviera de hogar y al mismo tiempo de internado, en la convicción de que todo estudiante debía estar rodeado del calor del hogar a objeto de establecer un vínculo afectivo entre los educandos  y la familia que los recibía.
         Dice la extinta escritora Lucila Palacios, descendiente del doctor R. I. Montes, en una de sus crónicas sobre este importante inmueble, que el nivel superior de la casa estaba habitado por el Rector y su  familia y en el piso de abajo, con acceso al jardín, funcionaba el internado.
         Los Internos compartían la mesa del Rector, quien vigilaba y dirigía los modales. Esta obligación era compartida por Clarisa Calderón, su esposa. Los educandos tomaban parte de la actividad hogareña y no había distinciones entre ellos y los hijos del matrimonio que les brindaba hospedaje. Esto se complementaba con veladas artístico – literarias.  
         Cuenta la escritora Lucila Palacios que desde esta casa el doctor Monte dio impulso a su programa de educación gratuita para obreros y artesanos que él dirigía personalmente; preparaba excursiones al campo en unión del estudiantado hacia lugares apropiados para el estudio de  la Botánica y la Zoología, adiestramiento la equitación y natación así como en otros ejercicios y juegos al aire libre. Ramón Isidro Montes Cornieles era nieto de Juan Montes, Caraqueño y prócer de la Independencia, residenciado en Angostura en 1817. Era  hijo de María de la Nieves Cornieles, casada con Juan Montes Salas, fundador de la “Botica Boliviana”, la primera que tuvo Ciudad Bolívar. Ramón Isidro Montes nació en Angostura el 5 de septiembre de 1826 y falleció el 10 de junio de 1889.
         Su formación elemental y media la recibió en el lar nativo. Se trasladó a Caracas para realizar estudios superiores. Se graduó en 1847 de Teniente de Ingenieros en la Academia de Matemáticas fundada por Juan Manuel Cajigal. En 1848 se gradúo de abogado en la UCV y regresó a Ciudad Bolívar donde fue nombrado Vicerrector del Colegio Nacional de Guayana (1849) y Rector al año siguiente (1850 – 1854), lapso durante el cual fundó los cursos de derecho y medicina, la cátedra de literatura y la escuela primaria nocturna para obreros y artesanos. En 1854 se trasladó a Caracas donde fundó el Colegio Santo Tomás. Luego fue parlamentario y Presidente de la Corte Suprema de Justicia. En 1876 retornó a Ciudad  Bolívar para encargarse nuevamente del Rectorado del Colegio Nacional, el cual ejerció hasta 1885 cuando el colegio fue elevado a la categoría de Universidad.
         Cultivó la historia novelada con “Boves, Leyenda Venezolana”. (Se adelantó a Pancho Herrera Luque) y escribió “Ensayos poéticos y literarios”, que es una poesía representativa del romanticismo iniciado en Venezuela con José Antonio Maitin y Abigail Lozano. Contrajo matrimonio con Clarisa Calderón y tuvo ocho hijos, entre ellos, Félix Montes Calderón y María Montes Calderón. El primero. Candidato presidencial frente a la candidatura de Juan Vicente Gómez y la segunda, madre de la novelista Mercedes Carvajal de Arocha (Lucila Palacios). Tres generaciones de la Familia Montes nacieron y habitaron esta casa que sirve de sede a la Biblioteca de “Rómulo Gallegos”. La primera generación a partir de Ramón Isidro Montes, su fundador, y el doctor en ciencias políticas y sociales, Félix Montes Calderón, candidato a la Presidencia de la República en 1913, lo cual le costó largo exilio.
         La segunda generación, iniciada por Félix Montes Calderón hijo, asesinado en Costa Rica en 1918 donde se hallaba, exiliado al igual que su padre; Juan Montes Calderón, político, hermano del anterior; Mercedes Carvajal Montes de Arocha (Lucila Palacios), escritora, diplomática, y Carmen Rita Carvajal Montes, poética.       
                                                                                           En la tercera generación de los Montes que habitó la casa se encuentra Carmen Luisa Arocha Carvajal de Piñango, dedicada a la investigación en la ciencia de la medicina y el ingeniero León  Arocha Carvajal, vice - ministro de Obras Públicas durante el período presidencial de Raúl Leoni. La casa adquirida para residencia del Gobernador, según Decreto 183 dictado por José Barceló Vidal el 24 de noviembre de 1949 (Bs. 70.000,00), había sido ocupado por los Presidentes de Estado, Antonio Alamo y su esposa la escritora Ignia Bartolomé de Alamo; escritor Mario Briceño Iragorri y poeta Héctor Guillermo Villalobos. Asimismo funcionó allí el Consejo Municipal de Heres y finalmente la Biblioteca "Rómulo Gallegos”.



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