Sede de la Biblioteca Rómulo Gallegos
creada el 22 de mayo de 1965 bajo el signo fluvial de la ciudad bicentenaria.
Restaurada durante la gestión del Gobernador Pedro Battistini Castro, sirvió
de Escuela - Hogar a generaciones del siglo diecinueve, bajo la
sabiduría pedagógica del Licenciado Ramón Isidro Montes.
Jamás
una casa tuvo tanta suerte: la de albergar bajo su alero a generaciones de
estudiantes, intelectuales y políticos que le dieron lustre a la que ha sido
siempre capital de la Guayana.
El inmueble no ha cesado de ser fiel a su destino y hoy,
desde 1965, cumple funciones como Biblioteca Pública identificada con el nombre
de Rómulo Gallegos, autor de “Canaima”, la primera novela venezolana ambientada
en la selva de Guayana.
El Estado Bolívar siempre tuvo bibliotecas, pero nunca tan
orgánicamente expandidas y organizadas como ahora. El crecimiento de ciudad ha sido parejo con
sus bibliotecas. Existen veintiséis en
todo el Estado, sin incluir el sistema móvil de bibliotecas rurales. El libro que ofrece el Estado Venezolano y la
iniciativa privada trata de no quedarse en los centros urbanos sino que pugna
por llegar a los más apartados rincones
donde el aislamiento y la pobreza hacen difícil el recurso para el
conocimiento.
Por supuesto, no basta con que el libro llegue. Hay que saber aprovechar el libro y ello más
que función de la Biblioteca, es función del maestro o de la persona que
enseña. Si no sabemos leer un libro,
éste no significará más que rayas sobra
la página. Se necesita saber leer e
interpretar aquello que está escrito para que esa literatura escrita sea o
signifique algo para el lector. Hoy se
habla mucho de un tipo de analfabetismo que no es el consabido de no saber leer
y escribir sino el llamado “analfabetismo funcional” que nos impide llegar al
fondo del mensaje. De manera que el
complemento de la Biblioteca es el maestro o la persona que enseña, a objeto de
que el usuario aproveche al máximo este servicio gratuito que nunca podrán
sustituir las librerías comerciales.
Creo que fue Marshall McLuhan quien dijo que la televisión
terminaría por acabar con el hábito de la lectura; sin embargo hoy la gente lee
más que ayer y ello tendría su explicación en lo que en una conferencia
señalaba Salvador Garmendia y es que entre el lector y el libro hay una
comunicación muy íntima y muy personal.
Esa comunicación tan personal que se establece entre el libro y el
lector, ningún otro medio de comunicación
puede igualarlo.
La Biblioteca Rómulo Gallegos cuando fue inaugurada, tenía
apenas 3 mil libros y un promedio de 100 lectores por día, hoy tiene 18 mil
volúmenes y un promedio de 700 lectores por día hábil. La población ha crecido y también una demanda
pareja con el crecimiento de las bibliotecas.
Y la “Rómulo Gallegos” que
muchos bolivarenses prefirieron en su oportunidad se hubiese llamado “Ramón Isidro Montes”, es la Biblioteca
Pública pionera y modelo por excelencia.
Está Biblioteca es obra del Gobierno Regional del doctor
Pedro Battistini Castro y del Director
de Educación y Culturra, profesor Lucas Rafael Alvarez.
La inauguró el Ministro de Educación Dr. J. M. Siso Martínez
y el doctor José Sánchez Negrón invitado a pronunciar un discurso en el que
destacó el valor y utilidad permanentes de la misma como el hecho de llamarse
“Rómulo Gallegos “, insigne hombre de la narrativa venezolana que dedicó a la
selva guayanesa su mejor novela.
La Biblioteca se inauguró en la ocasión de cerrarse el año
bicentenario de Ciudad Bolívar, con un fondo bibliográfico de 3 mil volúmenes,
incluidos textos escolares para la enseñanza media y superior: filosofía, religión, ciencias sociales,
idiomas ciencias puras, ciencias
aplicadas, bellas artes, literatura, historia y geografía. Estanteras con capacidad para 15 mil
volúmenes, salón de lectura modernamente equipado y técnicamente acondicionado
con mesas para 4, 6 y 8 lectores, sala audiovisual y posteriormente se le
agregó una sala de lectura infantil. Hoy
tiene cinco salas de lectura y un Departamento Audiovisual.
Papel meritorio en la fundación y organización de esta
Biblioteca Pública del Estado jugó el profesor Víctor M. Ramírez,
bibliotecólogo que renunció a la Universidad de Oriente para dedicarse por
entero a ella. La coordinó, proyectó y
dirigió hasta 1968 que el cambio de gobierno la ofreció a otro director: el profesor Pedro Avendaño, quien
lamentablemente no pudo sostener la revista “Perfil”,
órgano de divulgación de la Biblioteca, fundado por el propio Víctor M.
Ramírez y la que sostuvo a través de anuncios de entidades privadas. Además de Ramírez y Avendaño han pasado por
la dirección de la “Rómulo Gallegos” durante estos tres decenios: Dolores
Arcila, Armando Gil Linares, Lourdes Salazar Bossio, Mercedes Pulgar de
Villarroel, Eunice Pino de Viaje y Flor Salazar. Yolanda Lavadí, quien venía
dirigiendo desde 1975 la Red de Bibliotecas Públicas adscritas al Instituto
Autónomo Biblioteca Nacional y de
Servicios, resolvió en 1990 encargarse también de la “Rómulo Gallegos”.
Mención especial, como directora de la Biblioteca durante 15
años, merece Lourdes Salazar Bossio,
quien fundó la Sociedad de Amigos de la
Biblioteca y le imprimió dinamismo
tal que llevó a un intelectual a decir que era el “Centro de las Artes de
Ciudad Bolívar”, pues difícilmente transcurría semana que no registrase actividad artístico cultural,
bien en teatro como en concierto, conferencias, recitales, seminarios. Lourdes presentó entonces a Miguel Otero
Silva, José Ramón Medina, Jesús Soto.
Isaac Chocrón estrenó allí con Gustavo Rodríguez La
Máxima Felicidad.
La Casa donde funciona la Biblioteca “Rómulo Gallegos”, se
halla en el Centro Histórico y la hizo construir el doctor Ramón Isidro Montes en los años de 1850, en
la calle Libertad, cuando ésta comenzaba a ser empedrada con un canal en el
centro. Tiene dos niveles dados por la
topografía accidentada del terreno, cuatro grandes ventanas frontales estilo
andaluz, molduras lineales en la cornisa del frontispicio. Fue restaurada y entregada por el Ministerio
de Desarrollo Urbano en 1989.
Ramón Isidro Montes, quien entonces era Rector del Colegio
Federal de Guayana, la hizo construir con dos propósitos: que le sirviera de
hogar y al mismo tiempo de internado, en la convicción de que todo estudiante
debía estar rodeado del calor del hogar a objeto de establecer un vínculo
afectivo entre los educandos y la
familia que los recibía.
Dice la extinta escritora Lucila Palacios, descendiente del
doctor R. I. Montes, en una de sus crónicas sobre este importante inmueble, que
el nivel superior de la casa estaba habitado por el Rector y su familia y en el piso de abajo, con acceso al
jardín, funcionaba el internado.
Los Internos compartían la mesa del Rector, quien vigilaba y
dirigía los modales. Esta obligación era compartida por Clarisa Calderón, su
esposa. Los educandos tomaban parte de la actividad hogareña y no había
distinciones entre ellos y los hijos del matrimonio que les brindaba hospedaje.
Esto se complementaba con veladas artístico – literarias.
Cuenta la escritora Lucila Palacios que desde esta casa el
doctor Monte dio impulso a su programa de educación gratuita para obreros y
artesanos que él dirigía personalmente; preparaba excursiones al campo en unión
del estudiantado hacia lugares apropiados para el estudio de la Botánica y la Zoología, adiestramiento la
equitación y natación así como en otros ejercicios y juegos al aire libre.
Ramón Isidro Montes Cornieles era nieto de Juan Montes, Caraqueño y prócer de
la Independencia, residenciado en Angostura en 1817. Era hijo de María de la Nieves Cornieles, casada
con Juan Montes Salas, fundador de la “Botica Boliviana”, la primera que tuvo
Ciudad Bolívar. Ramón Isidro Montes nació en Angostura el 5 de septiembre de
1826 y falleció el 10 de junio de 1889.
Su formación elemental y media la recibió en el lar nativo.
Se trasladó a Caracas para realizar estudios superiores. Se graduó en 1847 de
Teniente de Ingenieros en la Academia de Matemáticas fundada por Juan Manuel
Cajigal. En 1848 se gradúo de abogado en la UCV y regresó a Ciudad Bolívar
donde fue nombrado Vicerrector del Colegio Nacional de Guayana (1849) y Rector
al año siguiente (1850 – 1854), lapso durante el cual fundó los cursos de
derecho y medicina, la cátedra de literatura y la escuela primaria nocturna
para obreros y artesanos. En 1854 se trasladó a Caracas donde fundó el Colegio
Santo Tomás. Luego fue parlamentario y Presidente de la Corte Suprema de
Justicia. En 1876 retornó a Ciudad
Bolívar para encargarse nuevamente del Rectorado del Colegio Nacional,
el cual ejerció hasta 1885 cuando el colegio fue elevado a la categoría de
Universidad.
Cultivó la historia novelada con “Boves, Leyenda
Venezolana”. (Se adelantó a Pancho Herrera Luque) y escribió “Ensayos poéticos
y literarios”, que es una poesía representativa del romanticismo iniciado en
Venezuela con José Antonio Maitin y Abigail Lozano. Contrajo matrimonio con
Clarisa Calderón y tuvo ocho hijos, entre ellos, Félix Montes Calderón y María
Montes Calderón. El primero. Candidato presidencial frente a la candidatura de
Juan Vicente Gómez y la segunda, madre de la novelista Mercedes Carvajal de
Arocha (Lucila Palacios). Tres generaciones de la Familia Montes nacieron y
habitaron esta casa que sirve de sede a la Biblioteca de “Rómulo Gallegos”. La
primera generación a partir de Ramón Isidro Montes, su fundador, y el doctor en
ciencias políticas y sociales, Félix Montes Calderón, candidato a la
Presidencia de la República en 1913, lo cual le costó largo exilio.
La segunda generación, iniciada por Félix Montes Calderón
hijo, asesinado en Costa Rica en 1918 donde se hallaba, exiliado al igual que
su padre; Juan Montes Calderón, político, hermano del anterior; Mercedes
Carvajal Montes de Arocha (Lucila Palacios), escritora, diplomática, y Carmen
Rita Carvajal Montes, poética.
En
la tercera generación de los Montes que habitó la casa se encuentra Carmen
Luisa Arocha Carvajal de Piñango, dedicada a la investigación en la ciencia de
la medicina y el ingeniero León Arocha
Carvajal, vice - ministro de Obras Públicas durante el período presidencial de
Raúl Leoni. La casa adquirida para residencia del Gobernador, según Decreto 183
dictado por José Barceló Vidal el 24 de noviembre de 1949 (Bs. 70.000,00),
había sido ocupado por los Presidentes de Estado, Antonio Alamo y su esposa la
escritora Ignia Bartolomé de Alamo; escritor Mario Briceño Iragorri y poeta
Héctor Guillermo Villalobos. Asimismo funcionó allí el Consejo Municipal de
Heres y finalmente la Biblioteca "Rómulo Gallegos”.
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