Construida al comienzo de la
segunda mitad del siglo dieciocho para colegio de latinidad y primeras
letras, ha sido, además, sede del Congreso de Venezuela, del "Correo del Orinoco", de la
Vicaría Apostólica de la Diócesis de Guayana, Colegio Federal, Liceo Peñalver,
Colegio de Abogados, Tribunales de Justicia y Asamblea Legislativa. Después de su
restauración se destinó a Museo de sitio y asiento
de la Biblioteca Bolivariana. En la parte baja funciona el Archivo Histórico de Guayana.
Los bolivarenses, quizás más que el resto de
sus connacionales, recuerdan fielmente cada año la histórica fecha del 15 de febrero de
1819 que dio inicio
al Congreso autor de la forma constitucional y jurídica de una nueva República.
Decíamos
que los bolivarenses más que el resto de los connacionales , porque fue
precisamente Ciudad Bolívar , la entonces Santo Tomás de la Angostura del
Orinoco, asiento de todos los Poderes restaurados por ese segundo Congreso Constituyente de
Venezuela reunido aquí hasta que la Carta Fundamental de Colombia dispuso el
traslado de la capital a la población de Nuestra Señora del Rosario de Cúcuta,
ya no como Congreso de Venezuela, sino como Congreso de la República naciente
que unía a Venezuela, Nueva Granada y Quito.
El inmueble donde se reunió
este Congreso se halla en el Cuadrilátero Histórico de la ciudad y se conserva
intacto gracias a los trabajos de restauración realizados entre 1976 y 1978.
Antes había sido declarado Monumento
Público Nacional y venía y sigue siendo el edificio antiguo por el cual
los guayaneses y visitantes de otros lares experimentan mayor respeto y
veneración.
Según
lo que hemos indagado y leído, el edificio en su construcción sigue una línea
arquitectónica neoclasicista.
La casa
fue construida en una de las partes altas de la ciudad durante la administración del
gobernador de la Provincia de Guayana, Manuel Centurión Guerrero de Torres
(1766-1776). Estaba prácticamente unida al edificio de la Real Hacienda y su
patio se extendía hasta lo que es hoy La Escalinata, donde estaba instalada una
campana traída de la antigua Santo Tomás de la Guayana. De allí su nombre
anterior de "El Campanario'.
En la
construcción del inmueble, de dos niveles, siguiendo la topografía accidentada del
terreno, se utilizó piedra del propio cerro El Vigía donde se halla, además de
barro, madera y mollejones adquiridos en las Antillas.
La cubierta o techo era de tejas corridas sobre dos aguas, pero ésta fue
sustituida en 1868, según decreto del gobernador Juan Bautista Dalla
Costa Soublette que ordenaba su total reparación. Aparecieron entonces las
hermosas azoteas moriscas que todavía conserva y adicionalmente una
torre de estilo bizantino.
En 1896, cuando el edificio
fue erigido en universidad, volvió a ser reparado gracias a 30 mil bolívares
acordados por el Congreso Naciornal. Con ese
dinero se compraron muebles, el púlpito del paraninfo y va bustos de
filósofos y poetas griegos extrañamente desaparecidos.
Durante la Guerra Federal
sirvió de baluarte a las fuerzas del
estado y en 1903 fue habiitada para que
funcionara en ella el Hospital Militar.
En 1974, siendo el doctor
Domingo Álvarez Rodríguez gobernador, decidió por cuenta del estado la
restauración total de la casa de debido a que
hallaba en progresivo deterioro. El arquitecto Graziano Gasparini dirigió los
trabajos hasta 1979 que fue declarada Museo de Sitio por el Presidente ' de
la República, Carlos Andrés Pérez.
Colegio de primeras
letras
En el decenio del
Gobernador Manuel Centurión Guerrero de Torres, el edificio entró en servicio
como Colegio de Primeras Letras y Latinidad y en el mismo funcionaban algunas dependencias del
gobierno colonial. Quienes estudiaban
allí, obviamente, eran los hijos varones de
familias con cargos en la administración real de ciertos rangos en la vida
social angostureña Pocos estudiantes,
pues la población general era exigua.
En 1817, cuando los patriotas tomaron la ciudad de Angostura tras un sitio militar, el inmueble, uno de lo más
cómodos y distinguidos de entonces, fue utilizado como sede del Gobierno
Supremo y en 1819 destinado al segundo Congreso Constituyente de Venezuela o
Congreso de Angostura.
El Congreso de Angostura estuvo
deliberando como tal, desde el 15 de febrero de 1819 hasta el 20 de enero de
1820, cuando asumió sus funciones una
Diputación Permanente. Durante ese lapso se ocupó primordialmente de aprobar la Constitución de Venezuela y otras
leyes y finalmente, tras la victoria
de Bolívar en Boyacá, la Ley Fundamental que crea la República unida de
Venezuela, Nueva Granada y Quito, con el nombre de Colombia.
La
Diputación Permanente estuvo ocupando el inmueble hasta mayo de 1821 cuando se instaló el
Congreso General de Colombia en la villa de Nuestra Señora del Rosario de
Cúcuta.
Correo del Orinoco
Como la Diputación
Permanente era de pocos miembros y no requería de toda la estructura del inmueble, se destinó
la parte de abajo con salida por la Calle
Real (Calle Bolívar) para la reubicación de la imprenta donde se editaba
el Correo del Orinoco. De manera que el hebdomadario de los patriotas reanudó
su edición allí desde el No. 92, ya no impreso por Andrés Roderick sino por Tomás Bradshaw, quien apenas se sostendrá en
el taller hasta el No. 99,
pues a partir de la edición 100 aparece W. B. Stewart, asistido en la administración
por Juan Bernad, quien vivía en la misma casa.
El Correo del Orinoco
continuará editándose en la Casa del Congreso de Angostura hasta el 23 de marzo de 1822 cuando se extingue al separarse
José Ucroz como gobernador de la
provincia de Guayana. La Casa entonces es adquirida por la Diócesis y habilitada para que desde ella cumplan su
actividad social y religiosa los Padres jesuitas enviados
desde Bogotá a la muerte,
ese año de 1822, del Vicario y Provisor, domingo Remigio Pérez Hurtado.
.
Colegio Federal
El 27 de octubre de 1824, el Gobierno de
Bogotá dicta un Decreto creando el Colegio Federal de Guayana y dispone como sede
el Hospicio de los Padres Observantes (Convento de la Plaza Centurión), Pero
por estar en las afueras de la ciudad
resultaba inconveniente. Receptivo el Gobierno de Colombia en atención a un
pedimento, permutó a la diócesis la Casa del Congreso, por el convento.
El avalúo del antiguo convento fue de 26.243,49 pesos y el de la Casa del
Congreso, 12.715,37. De todas maneras, fue imposible instalar el colegio por
falta de recursos económicos y profesionales.
En 1830
todavía resultaba imposible instalar el colegio, sobremanera por el conflicto de
separación de Venezuela de la República de Colombia. Dada esta situación,
monseñor Mariano Talavera y Garcés al posesionarse como Administrador
Apostólico de la Diócesis de Guayana, ocupó la Casa del Congreso para instalar
allí la Vicaría Apostólica, la cual funcionó hasta que mediante una
reformulación del decreto anterior, el gobierno de José Antonio Páez dispuso la apertura del Colegio Federal de Guayana, el 24 de
junio de 1840.
De
suerte que la Casa del Congreso llegó a abarcar los tres niveles de la educación: primaria,
secundaria y universitaria. Hasta 1904 que el presidente Cipriano Castro
liquidó el nivel universitario, el Colegio había conferido 34 grados de bachiller en medicina; 19 grados de bachiller en
derecho; 9 de bachiller en teología; 19 grados de doctor en medicina; 16
grados de doctor en derecho y 4 de doctor en teología.
El general Francisco Linares
Alcántara, Gobernador del Estado Bolívar, al
final de la presidencia de Castro, dotó al inmueble de alumbrado con gas
acetileno y ordenó la ejecución de los retratos al óleo de los' próceres
general Pedro León Torres, Fernando Peñalver, Eusebio Afanador y Juan Vicente Cardozo para colocarlos en el salón donde
sesionó el Congreso de Angostura. Este
decreto se cumplió durante la administración del general Arístides
Tellería, según averiguamos en viejas gacetas del archivo de la gobernación. Las pinturas fueron hechas por
el artista Antonio Herrera Toro,
quien cobró 2.600 bolívares. Otros gobernantes como el doctor Luis Godoy, siguieron llenando el salón del
Congreso con óleos de los demás próceres venezolanos.
Al liquidarse el nivel
universitario, el Colegio Federal continuó con el nivel secundario. El 15 de abril de 1937, el
Gobierno Nacional sustituyo el nombre de Colegio Federal por el de Liceo
Peñalver y con ese nombre permaneció en la Casa del Congreso hasta 1957 que fue
reubicado en un edificio moderno construido en el sector conocido como Las
Tinas.
Colegio de Abogados y
Tribunales
Posteriormente la casa sirvió de sede al
Colegio de Abogados, a los Tribunales de Justicia y a la Asamblea Legislativa,
instituciones que hoy tienen sedes propias.
En 1974 cuando el doctor
Domingo Álvarez Rodríguez me pidió le sugeriese alguna obra importante que él
pudiera realizar en beneficio de la ciudad. Le recomendé la restauración de la
Casa del Congreso de Angostura toda vez que se hallaba en estado deplorable.
Asimismo que rescatara la Laguna El
Porvenir conforme a un proyecto dejado por Leopoldo Sucre Figarella y prolongase
el Paseo Orinoco hasta Los Coquitos. A Domingo Álvarez le brillaron los ojos y
no lo pensó dos veces.
Inmediatamente decretó la
ejecución de esas obras. La Casa del
Congreso fue sometida a un completo proceso de restauración con dineros
del Estado, bajo la dirección de Graciano
Gazparini y allí está con toda su magnificencia neoclásica, desde el 15 de
febrero de 1978 que fue inaugurada junto con los trabajos de restauración de la
Catedral de Ciudad Bolívar. Aparte de su valor histórico, la
casa en sí tiene un valor artístico que impacta al visitante. Sus espacios y
niveles tan bien aprovechados, las azoteas moriscas desde las cuales se domina el paisaje
del río, los patios internos, jardines y
el alto y frondoso Bálsamo de
Tolú aromatizando el ambiente. (Este árbol
fue derribado para instalar una planta
eléctrica de emergencia)
Sigue siendo la casa de la ciudad más venerada y se mantiene
activa a través del antiguo salón de sesiones parlamentarias, la galería iconográfica de los próceres, la
Biblioteca Bolivariana y el Archivo Histórico reubicado desde la Cárcel
Vieja a la parte baja del inmueble, por
supuesto, sitio inapropiado para conservar y estudiar expedientes con
más de ciento cincuenta años de origen.
La entrada está llena de
placas conmemorativas y en uno de los jardines hay una que da cuenta que en esa
casa, siendo su padre rector del colegio, nació el ilustre romancero Héctor
Guillermo Villalobos, quien £ue gobernador
del Estado (1945-1946). Es cierto, los rectores del colegio vivían allí con
su familia y a falta de buenos hoteles en el siglo pasado, allí se hospedaron personalidades de tránsito como el explorador
Francisco Michelena y Rojas, el novelista colombiano José María Vargas
Vila y el poeta carupanero, fundador de El Universal, Andrés Mata.
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